Os presento a Valentí Sanjuan, un tío que es el buen rollo con patas. Y además literal… porque no para de correr.
Pero no sólo corre, mientras corre se dedica a hacer videos (me recuerda a alguien) donde explica su filosofía de vida, da consejos, y dice lo que se le pasa por la cabeza.
Os recomiendo sus dos canales de Youtube (Valentí Sanjuan y ValentiEstaLoco), publica muy a menudo y es francamente ameno.
¡Viéndole dan ganas de salir a correr!
El vídeo de abajo es toda una declaración de intenciones (bueno… ese es otro vídeo…). No os lo perdáis.
Y como temazo… pues este One Day Reckoning Song de Asaf Avidan & The Mojos, que conocí gracias al mismo Valentí Sanjuan. :-)
Vaya pedazo pregunta, ¿eh? Estas tres palabras pueden poner patas arriba toda nuestra vida. ¿Para qué vives tú?
Recuerdo que en el colegio, cuando todavía se estudiaba filosofía, me enseñaron que el fin último del hombre es ser feliz. Ya antes os he introducido el concepto moderno de Felicidad Sintética. Pero ahora vamos a buscar el sentido de la vida.
Qué mejor para explicarlo, que Viktor Frankl, autor de El Hombre en Busca de Sentido. Libro de lectura indispensable… indispensable para todo el mundo. Así…tal cual.
Viktor Frankl fue un médico y psiquiatra que sobrevivió a cuatro campos de concentración nazi, entre ellos Auschwitz. Al salir desarrolló una nueva rama de la psiquiatría, la Logoterapia, que busca el Sentido de la existencia.
En su calvario, observó que aquellos que tenían un propósito por el que vivir, sobrevivían por difíciles que fueran las circunstancias. Experimentó que el hombre aun despojado de todo, hasta su dignidad, puede aún decidir su actitud con la realidad.
La clave es que el hombre tiene LIBERTAD para DECIDIR su ACTITUD ante la realidad, por dura que sea. Esa libertad, es la que le da sentido y propósito a la vida.
Es importante no obstante, encontrar nuestro propósito. Para ello hay que trascender y salir de la existencia de uno mismo. La salvación del hombre, sostiene Frankl, está en el amor y a través del amor.
Frankl solía decir, «quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo».
Resumiendo:
Tienes la libertad para decidir tu actitud ante la realidad, y así alcanzar tu propósito y dar sentido a tu vida.
Os dejo unas joyas de vídeos. El propio Viktor Frankl explicando la búsqueda del Sentido.
[NOTA IMPORTANTE: Algunos me han comentado algún post sin ver los vídeos enlazados. Ojo! Los videos que os enlazo son FUNDAMENTALES (las canciones no, son temazos simplemente), pero los videos son realmente útiles.]
Emocionante la pasión con la que habla en el primer vídeo.
Os voy a contar una historia que por desgracia cuento con demasiada frecuencia.
En un experimento metieron en una sala a 5 monos. En medio de la sala pusieron una escalera, y colgando encima de la escalera unos plátanos. Tan sólo con subir por la escalera podrían coger la fruta.
Sin embargo, cada vez que cualquier mono subía por la escalera, automáticamente todos recibían una ducha de agua helada. Tras varios intentos acabando mojados y congelados, estos cinco monos dejaron de intentar subir por la escalera quedándose tranquilamente sentados, en vez de ir a por su objetivo.
Se decidió sacar un mono de esos cinco, por uno nuevo que no sabía de qué iba el percal. Lógicamente al ver la fruta se disponía a subir la escalera, pero antes todos los demás le zurraban para evitar la ducha helada. El novato sin entender nada lo intentaba varias veces con sus respectivas palizas, hasta que deducía que, o ahí pasaba algo… o no lo entendía, pero para no llevarse más palos, mejor dejar de intentarlo.
Sucesivamente fueron reemplazando monos que habían recibido duchas heladas, por nuevos pardillos. Los monos nuevos siempre intentaban subir la escalera, y los monos ya «amaestrados» por los anteriores les enseñaban a base de bien a no perseguir ese objetivo.
El resultado final era una sala llena de monos que nunca habían recibido una ducha helada, que no perseguían el objetivo a su alcance… y además no sabían por qué.
La semana pasada estuve en Paris dándome un garbeo y visitando viejos amigos. Un planazo. Paris es una ciudad fantástica, qué os voy a contar… pero es fantástica… ¿para todo el mundo?
El parisino tiene una expresión propia para definir la vida en su ciudad.
«Métro, boulot, dodo»
Traducido del argot, significa «Metro, curro, cama». Esta expresión es una crítica a la monotonía y la repetición cotidiana. Mientras unos admiran la torre Eiffel, o los Campos Elíseos, la gran parte de la ciudad va al metro, curra, vuelve al metro, y a dormir.
Esta rutina es el día a día de millones de white collars en todo el mundo. Millones de existencias, relativamente acomodadas, con sus sueños y esperanzas. Con proyectos que alcanzar y realidades que convivir.
Como decía John Lennon, «la vida es lo que te ocurre, mientras haces otros planes«.
La vida es un complicado equilibrio entre ser feliz con la realidad que te ha tocado vivir, y superar tus límites y alcanzar nuevas metas.
Os dejo un vídeo motivador narrado por el filósofo británico Alan Watts.
¿Qué harías si el dinero no importase?
Por cierto, el tema de fondo es Divenire, del gran Ludovico Einaudi. No os perdáis su discografía.
Este no es un post original, en realidad es tan sólo un «forward«, pero igualmente no os lo podéis perder. Es como dicen en TED, «ideas worth spreading«.
Si no conoces el Manual de Un Buen Vividor… estás tardando en leerte TODOS sus posts. Cuidado que engancha.
En su último post, «Y póngase crema solar«, donde da 50 consejos para pasar un buen verano, enlaza el famoso «Wear Sunscreen«, de visionado obligatorio.
El 1 de junio de 1997, Mary Schmich, publicó en el Chicago Tribune el artículo Advice, like youth, probably just wasted on the young. Tuvo tanto éxito este texto, que en 1999, el director de El Gran Gatsby, Baz Luhrmann, lo plasmó en un videoclip que en los años siguientes llegó a lo alto de las listas de éxitos.
El artículo tiene hasta su propia entrada en wikipedia. Eso sí que es dejar huella con tan sólo una columna de opinión. Alucinante. Por cierto que Schmich ganó el año pasado el premio Pulitzer.
Inspirador y lleno de frases para recordar, no tiene desperdicio.
Para guardar en favoritos y volverlo a ver cada cierto tiempo.
Y aunque ya se acaba el verano, recordad… wear sunscreen.
A la gente le encanta etiquetar las generaciones. La generación «baby-boom«, la generación «X«, la generación «Y» o «Millenials«… que son tan altísimos que yo les llamo la generación Actimel…
Sin embargo, si hay un rasgo distintivo del estado de bienestar actual de nuestra civilización, es que somos la Generación de la Elección, ó dicho en inglés que suena mejor… the Choose Generation.
El ser humano, en especial el Homo Sapiens del que venimos, ha evolucionado los últimos 200.000 años con una limitadísima capacidad de elección. ¿Qué quería hacer el Homo Sapiens con su vida? No le preocupaba lo más mínimo. Él tenía que sobrevivir día a día. Comer, reproducirse, dormir. Nuestro homínido tatatatatatara-abuelo, estaba en lo más bajo de la pirámide de Maslow.
Antiguamente si nacías tendero, morías tendero. Si tu padre era panadero, tú eras panadero. En el mismo siglo XX, el ser humano no ha podido dirigir su propia vida en muchas ocasiones. En EEUU, paradigma de la libertad, ya podías explicarle al tío Sam tus aspiraciones en la vida, que si te tocaba desembarcar en Omaha, o tomar la colina de la Hamburguesa de camino a Saigon, te tocaba y punto. Y eso no fue hace tanto tiempo.
Sin embargo ahora estamos en lo más alto de la pirámide. Nuestra capacidad de elección es muchísimo mayor que la de nuestros abuelos. Hace menos de un siglo eran impensables frases como «voy a cogerme un año libre para hacer un MBA, quiero dar un giro a mi carrera«, «no sé si irme a trabajar fuera«, «voy a poner mi propia empresa«…
Si bien hay que valorar lo alto que hemos llegado, el exceso de elección es un dardo envenenado. 30 tipos distintos de cereales pueden abrumar al cliente en el supermercado.
El exceso de posibiliades puede generar frustración. Por cada elección tomada, descartamos muchas más. «Podría estar en un trabajo mejor«, «podría salir con una chica más guapa«, «podría…», «podría…».
Aunque antes he dicho que ahora estamos en lo más alto de la pirámide de Maslow… no es del todo cierto. Esta crisis que sufrimos ha limitado nuestra capacidad de elegir. Ya no podemos elegir tanto nuestras carreras, nuestros destinos, controlamos menos nuestra vida, y esto es una frustración generalizada sobre todo en los más jóvenes.
Pero como explica Dan Gilbert, psicólogo de la Universidad de Harvard, una menor capacidad de elección… ¡nos hace más felices! Cuando tenemos menos posibilidades, nuestro cerebro elige ser felíz, en lo que Dan Gilbert llama la Felicidad Sintética o Synthetic Happiness. Parece absurdo, pero lo explica fenomenalmente bien en su charla de TED, Why Are We Happy?
Una auténtica joya, no os la perdáis.
Así que pensemos la inmensa suerte que tenemos. Estamos en lo mejor de los últimos 200.000 años del hombre. Y aunque es posible que nuestras posibilidades hayan menguado algo los últimos años, recuerda que está en tí la opción y la capacidad de ser felíz.
— Actualización:
Como bien dice mi amigo @andthenitmooned , lo suyo sería decir «Choice Generation«, pero es que Choose Generation me suena bien, y además ya lo he bautizado y la criatura se va a llamar así. ;-) Un abrazo Sr!